Visión

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miércoles, 22 de agosto de 2007

Rostros de muerte


Dos hombres discutían acaloradamente, uno está tras un escritorio y el otro que está frente a él lo agredió en forma enérgica, de un fuerte empujón lo mandó a estrellarse contra la pared, en ella estaban trazadas muchas caras, horribles caras, desfiguradas de dolor, odio y cólera, en el momento en que el hombre toca las figuras éstas se desprenden de su claustro y dibujando en el aire el espirales de carboncillo, se incrustan en el hombre, causando su calcinación, pero de la peor forma, su piel se quemaba, las grietas que se formaban recordaban la lava de un volcán, ya que dentro de ellas se veía el rojo candente de su carne quemada.
El hombre ya no era hombre, sino un gran trozo de lava que saltaba de dolor, y en esta eterna agonía dos personas traen el alivio, un pequeño hombre vestido graciosamente con un sombrero de copa y un traje que más bien le quedaba grande y una niña, vestida de blanco, lo abrazaron en el aire y le dieron la paz de la muerte.