Visión

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jueves, 12 de abril de 2007

Arcadio


En una mañana cálida caminaba por un bosque lleno de fuertes sensaciones, el canto de los pájaros y el perfume de los árboles embriagaban mi caminar, soy un enorme animal, un extraño animal, mi cuello es largo y mi cuerpo muy enorme, parecido al de un dinosaurio, soy tan grande que no percibo mi cola, mi piel es delicada como la de una lombriz, transparente y rosada, y todo esto termina con dos agudos dientes como sables, muy largos y muy finos. Estoy en la tarea de hacerme conciente de mi cuerpo cuando, en la lejanía en la última ventana de una alta torre, un hechicero “Arcadio” prepara un arco para lanzar su flecha, apuntando a ninguna parte la dispara, ella sabe su destino, cruza el aire hasta clavarse en mi cuerpo, inmediatamente como si la flecha estuviera envenenada, mi cuerpo cae convertido en sólidos bloques de piedra, rapidamente son robados por pequeños seres muy desagradables, mientras tanto Arcadio vuelve a lanzar otra flecha y esta se clava profundo en mi cuello, siento como cae mientras se va desmoronando en los bloques de piedra cuando de golpe mis dientes se clavan en el suelo y desde la tierra brota agua, muy cristalina y limpia, produciendo un arroyo que se aleja de mi vista.

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